13 Powerful Ways to Pray
There are a million ways to begin a conversation with God. Fr. Eamon Tobin is a pro at giving us practical, actionable steps to get started.
Transcript
February 22, 2021
The Habit
The subtitle of the book, I Heard God Laugh, is A Practical Guide to Life's Essential Daily Habit. If you ask people what are the most important habits in your life or what is the most important habit in your life, you hear all sorts of things. Some people say working out. Some people say reading. Some people say working hard. Some people say spending time with their significant other or spending time with their children, with their families. You hear lots of different things. But these are not life's essential habit. And life's essential habit makes all of these habits better. Life's essential habit elevates everything. So what is life's essential habit? Life's essential habit… life's essential daily habit is prayer, is spending time in prayer. The tragic thing is most of us have never been taught how to pray. We talk a lot about prayer at church. We talk a lot about prayer in Christian circles. But most of us have never really been taught how to pray.
The question I lay before you today is: have you ever really been taught how to pray? And before you answer it, I want you to really think about it. I want you to really think about it. Have you ever really been taught how to have an intimate relationship with God? How to really talk to God? How to have the type of relationship with God where on one day in some place, you might hear God laugh? Have you ever been taught to pray like that? The tragic thing is most of us have not. And while that is tragic, the beautiful thing about that tragedy is that it means that there's still a whole world of opportunity before you. And so this journey we're making together is about learning how to pray, learning how to establish life's essential daily habit at the center of our lives—not on the periphery of our lives, not something we do at the end of the day if we feel like it or we have time to do, but something that becomes a sacred priority in our day for however much time we decide to commit to it. For many, many years, I've been challenging people, encouraging people just to start with 10 minutes a day. Set aside 10 minutes a day. This habit will change your life.
We live in a noisy, busy, crazy world. Sometimes people ask me, "Why do you pray?" I pray because I don't know how people can live out there in the crazy, noisy, busy world without a little bit of silence and solitude each day to focus their lives, to center their lives, to re-establish what matters most, what matters least, so that we can go out into the world with clarity—clarity about who we are and what we're here for. And so while there are many ways to feed your soul, the way I really want to challenge you to focus on here in these days is the habit of daily prayer.
Transcript (Español)
22 de febrero de 2021
El hábito
El subtítulo del libro Escuché a Dios reír es: Una guía práctica para el hábito esencial de la vida. Si le preguntas a la gente cuáles son los hábitos más importantes en su vida, escuchas toda clase de cosas. Algunos mencionan el ejercicio. Algunos la lectura. Otros dicen trabajar arduamente. Algunas personas dicen que pasar tiempo con su pareja o con sus hijos, con sus familias. Escuchas un abanico de cosas diferentes. Pero ninguno de estos constituye el hábito esencial de la vida. El hábito esencial de la vida mejora todos estos hábitos. El hábito esencial de la vida lo eleva todo. Así que, ¿cuál es ese hábito? Ese hábito, el hábito esencial de la vida es la oración, es pasar tiempo en oración. Lo trágico es que a la mayoría de nosotros nunca se nos ha enseñado a hacerlo. Se habla mucho sobre la oración en la misa. Se habla mucho sobre la oración en los círculos cristianos, pero a la mayoría de nosotros nunca se nos ha enseñado verdaderamente a rezar.
La pregunta que te planteo hoy es: ¿Alguna vez te han enseñado verdaderamente a rezar? Y antes de que contestes, quiero que te detengas a pensarlo, que lo pienses realmente. ¿Alguna vez te han enseñado a tener una relación íntima con Dios? ¿Cómo hablar verdaderamente con Dios? ¿Cómo tener ese tipo de relación con Dios en donde un día, en algún lugar, puedas escuchar a Dios reír? ¿Te han enseñado a rezar así? Lo trágico es que a la mayoría de nosotros no. Y a pesar de eso, lo bello de esa tragedia es que todavía hay un mundo entero de oportunidades ante ti. Por eso este camino que estamos recorriendo juntos gira en torno a la oración, aprender a establecer ese hábito esencial y ponerlo en el centro, no en la periferia de nuestras vidas; no algo que hacemos al final del día si tenemos ganas o tiempo para hacerlo, sino algo que tiene una prioridad sagrada en nuestro día durante el espacio de tiempo en que nos hemos comprometido a hacerlo. Por muchos, muchos años, he estado desafiando a la gente, alentándola a empezar tan solo con diez minutos diarios. Aparta diez minutos al día. Este hábito cambiará tu vida.
Vivimos en un mundo bullicioso, ajetreado, delirante. Algunas veces la gente me pregunta: ¿por qué es que rezas? Rezo porque no sé como la gente puede vivir allí afuera, en un mundo lleno de ruido, ajetreo y locura sin retirarse a diario a un lugar de silencio y quietud para enfocar sus vidas, para centrar sus vidas, para afirmar en sus vidas lo que más importa, lo que es menos relevante, para así poder salir al mundo con claridad, claridad respecto a quienes somos y para qué estamos aquí. Por eso aunque hay muchas maneras de alimentar tu alma, te quiero invitar a aceptar un reto: enfócate en estos días en hacer de la oración un hábito diario, en sentarte y simplemente hablar con Dios.
Te enseñaré cómo hacerlo. Te enseñaré cómo. Pero lo cierto es que una vez que te enseñe probablemente te darás cuenta de que siempre lo has sabido. En realidad nadie te lo ha mostrado, nadie te ha inspirado o animado. En todo caso, rescatemos ahora lo esencial. Encuentra un lugar tranquilo y siéntate con Dios. Siéntate contigo mismo. Siéntate con tu Dios en el aula del silencio por unos pocos minutos cada día mientras hacemos juntos este recorrido. ¿Qué vas a descubrir con respecto a la oración? La oración eleva cada experiencia humana. Y lo hace porque cambia nuestra consciencia respecto a nosotros mismos. Cambia nuestra consciencia respecto a la vida. Cambia nuestra consciencia respecto al mundo. Cambia nuestra consciencia acerca de Dios. Y toda esa nueva consciencia eleva la manera en la que experimentamos todas las cosas y todas las personas en nuestra vida.