26 de marzo de 2021
Dando el primer paso
El consejo que me daría de joven sería el no subestimar el poder de dar el primer paso. En especial, encontré esto cierto como madre primeriza, buscando empezar una nueva rutina de oración con mi hijo de dos años. Me presioné mucho para enseñarle acerca de Jesús y de la fe. Pero aprendí que la mejor manera de hacerlo es sencillamente rezar juntos. Así que hemos establecido este tiempo realmente especial en donde rezamos juntos cada noche como parte de la rutina de ir a acostarse. Y cuando inicié, era realmente yo sola, porque él era muy chico en ese momento. Así que era yo la que decía esta sencilla oración: –Mami quiere que Benny sea feliz y esté saludable y seguro.
Al poco tiempo, una noche, simplemente me sentí inspirada a empezar a hablarle sobre los santos que eran especiales para mí. Y empecé a rezar esta letanía para que los santos le protegiesen. Y entonces, esa fue la oración por un tiempo. Pocos meses atrás, agregamos la oración del ángel de la guarda. Y por un tiempo yo decía la oración sola. Pero ahora que él se está un poquito más grande, me detuve a observar si había captado algo de lo que habíamos estado rezando juntos durante los últimos meses, ¡y lo hizo! Y fue realmente fenomenal escuchar esas palabras viniendo de él. Luego me di cuenta de que había memorizado la oración del ángel de la guarda y ahora puede decirla, con ayuda. Así que ha sido verdaderamente especial el haber comenzado este tiempo de oración rezando como madre por él, y ahora verlo participar conmigo. Estoy muy emocionada de ver cómo todo se va desarrollando con los años mientras va creciendo.
Así que el consejo que me daría de joven sería sencillamente empieza. No lo compliques, mantén la simplicidad. Síguete haciendo presente incluso si estás solamente sentado allí como un pequeño bebé. Sencillamente da el primer paso. Creo que te sorprenderá lo que sucederá.