March 22, 2021

The Third Shift: Give Yourself to Prayer

We're making our way through the six seismic shifts of the spiritual life. You don't necessarily experience them in this order. I think everyone experiences them at different times in their journey. But you don't necessarily experience them in this order, and you don't necessarily only experience them once. I don't know about you, but I'm a bit of a slow learner. Some of these lessons I've had to be taught over and over again.

But the third seismic shift is giving yourself to prayer. Giving yourself to prayer. And what happens in the third seismic shift is that prayer moves from something that we do and it becomes something that we experience, moves from something that we do and it becomes something that we experience. We stop doing prayer, and we give ourselves to prayer. We give ourselves to prayer. And it's a profound shift to come to our time of prayer and to give ourselves to God. It's like: “God, here I am. Do with me whatever you want to do with me. Take what you want to take. Give what you want to give. I give myself to you for this time. Work in me.” And He does. And He will. Whether we are aware of it or not, and very often, at the time when God is working most powerfully in us, we are not aware of it. But later we will look back and realize that was going on and I thought this was happening, when in reality, something completely different and marvelous was happening.

In my book, The Seven Levels of Intimacy, I coined the term “carefree timelessness.” What is carefree timelessness? It's time together without an agenda. Very often couples will say, oh yeah, let's get together on Saturday afternoon, spend some time together on Saturday afternoon. And we'll do this, and we'll do this, and we'll do this, and we'll do this, and we'll do that other thing. This is not carefree timelessness. It's good to have time together. But sometimes, it's good to have time together without an agenda: to say let's spend Saturday afternoon together. What are we going to do? I don't know. Let's decide on Saturday afternoon. Let's just see where it takes us. Let's see what happens. Let's have some time together without an agenda. And this carefree timelessness is an essential ingredient of love. It causes us to fall in love, with ourselves, with life, with each other.

The third seismic shift—it's about carefree timelessness with God. It's about giving ourselves to God. Giving ourselves to God. Just letting God do what He wants to do with us, be with us, however he wants to be with us in that time for those moments of prayer on any given day. And when we do that, when we surrender in that way, he begins to work very, very powerfully within us.

22 de marzo de 2021

La tercera transición: Entregarse a la oración

Estamos recorriendo las seis grandes transiciones de la vida espiritual. No necesariamente se experimentan en este orden. Creo que todo el mundo las experimenta en diferentes momentos del camino, pero no necesariamente en ese orden y no necesariamente una sola vez. No sé tú, pero a mí me toma tiempo aprender las cosas. Algunas de estas lecciones las he tenido que abordar una y otra vez.

En todo caso, la tercera gran transición es entregarse a la oración. Entregarse a la oración. Y lo que ocurre es que la oración pasa de ser algo que hacemos a ser algo que experimentamos, pasa de ser algo que hacemos a ser algo que experimentamos. Dejamos de hacer oración y nos entregamos a la oración. Nos entregamos a la oración. Y es un cambio profundo llegar a nuestro tiempo de oración y entregarnos a Dios: «Dios, aquí estoy. Haz conmigo lo que quieras. Toma lo que quieras tomar. Da lo que quieras dar. En este momento, me entrego a ti. Trabaja en mí». Y Él lo hace. Y lo hará. Seamos conscientes de ello o no, muy a menudo cuando Dios está trabajando más poderosamente en nosotros, no somos conscientes de ello. Pero más tarde miraremos atrás y nos daremos cuenta de que mientras pensábamos que algo determinado estaba ocurriendo, en realidad algo completamente distinto y maravilloso se estaba gestando.

En mi libro Los siete niveles de la intimidad, acuñé el término «despreocupación por el tiempo». ¿A qué me refiero? A pasar tiempo juntos sin una agenda. Muy a menudo las parejas dicen, ay sí, vamos a reunirnos el sábado por la tarde, a pasar algo de tiempo juntos. Y vamos a hacer esto, y vamos a hacer aquello, y vamos a hacer esto otro. Esto no es despreocupación por el tiempo. Es bueno tener tiempo juntos. Pero, a veces, es bueno pasar tiempo juntos sin ninguna agenda: decir que vamos a pasar la tarde del sábado juntos. ¿Qué vamos a hacer? No lo sé. Decidamos el sábado por la tarde. Veamos a dónde nos lleva. Veamos qué pasa. Pasemos un tiempo juntos sin una agenda. Y esta despreocupación por el tiempo es un ingrediente esencial del amor. Hace que nos enamoremos de nosotros mismos, de la vida, del otro.

La tercera gran transición es la despreocupación por el tiempo con Dios. Se trata de entregarnos a Dios. Entregarnos a Dios. Dejar que Dios haga lo que quiera con nosotros, que esté con nosotros, como quiera estar con nosotros en ese tiempo, en esos momentos de oración, cualquier día. Y cuando hacemos eso, cuando nos rendimos de esa manera, Él comienza a trabajar muy, muy poderosamente dentro de nosotros.