12 de marzo de 2021
Dios se deleita en nosotros
Todos sabemos que el 2020 fue un año de locos, y para mí este año comenzó como ningún otro. Mi esposo y yo estábamos en el hospital teniendo nuestro primer bebé, nuestra pequeña y bellísima niña. Antes de tenerla, había imaginado cómo sería mi vida como madre y cómo sería mi oración: de mañana muy temprano, los bellos rayos del sol naciente entraban en la habitación y ahí estaba yo, con ella en brazos, leyendo la Biblia. Me había imaginado meciéndola cada noche para dormirla, rezando con ella en mis brazos. Evidentemente entre el cansancio y el agobio que sentía y luego la pandemia, esos primeros meses no fueron tan serenos y tranquilos como me los había imaginado. Y aunque muy distinto, ha sido un recorrido maravilloso.
Como madre, me sorprende ver el sinfín de cosas que me deleitan de mi hija, como la forma en que arruga la naricita cuando sonríe y lo contenta que se pone al mirar pajarillos por la ventana. Son realmente esas pequeñeces. Pero pienso que lo que más he disfrutado ha sido el escuchar su voz, desde sus primeros balbuceos en su reducido lenguaje y su risilla, hasta ahora que está empezando a formar palabras. Y por supuesto, al inicio lloraba mucho también.
Y estaba simplemente reflexionando en cuánto disfruto la voz de mi hija y cómo por mucho que yo sea madre, Dios, nuestro Padre, lo es aun más. Dios se deleita en nosotros más de lo que yo me deleito en mi hija. Y así como yo no quiero estar un día sin escuchar la voz de mi hija, me imagino que Dios siente lo mismo, Él no quiere estar un solo día sin escuchar nuestra voz, sin escuchar mi voz. Y estoy segura de que algunas veces, mi oración se escucha como si estuviera balbuceando, o riéndome o llorando. Pero quizás para Él, ese es el sonido más bello, el sonido de sus hijos y se deleitará en ello.
Y así este año de locos y esta nueva jornada como madre me ha enseñado una muy simple pero muy importante lección para la oración. Y ese es el mensaje que me habría dado de joven: Dios quiere escuchar mi voz cada día.